Como hacer feliz a una mujer y no perder la billetera en el intento, o el síndrome de Betty Blue


"Es raro que a una chica no le falte una crema o una loción hidratante y es raro que rechace una invitación a ir de compras. Si todo iba bien podía dispersar las nubes con un tubo de lapiz labial, dos o tres bragas o una tableta de chocolate con almendras."
Philippe Djian, 37'2 grados al amanecer


Siempre que estoy ansiosa me voy para una farmacia y allí entre píldoras y cremas, entre maquillaje, tarjetas, galleticas, bloqueador solar y hasta artículos de limpieza encuentro algo que necesitaba y no lo sabía y que me da seguridad. Creo que no soy la única mujer que experimenta lo mismo.

Lo bueno de la farmacia es que con un sólo brillito de labios que te compres, puedes sentir que ya se te mejoró el día. Y si eres mujer entiendes que esta ansiedad se debe, muchas veces, a la montaña rusa hormonal a la que estamos sometidas cada luna. Si eres hombre en cambio pensarás que tu mujer es una lunática. Pero antes de que intentes comprenderla móntala en el auto, conduce hasta la droguería y sin hacer preguntas estúpidas, ¿como qué te pasa? o ¿y ahora que hice?, déjala en la puerta y dile: Mi amor, cómprate lo que quieras y cuando vayas a pagar me llamas que yo invito. Ahí ya le estas dando carta blanca para que mejore su humor y por ende su amor por ti, porque la verdad es que muchas veces nosotras tampoco nos entendemos. Nuestra intuición nos dice que esas sombras color rosa lograrán transformar nuestro estado de ánimo y sentir de nuevo nuestro amor propio ante la chica adolescente que fuimos y que nos mira desde el espejo.

Tú, mientras tanto, puedes pasar las horas leyendo este periódico o escuchando un juego de pelota. Ni siquiera mires el reloj pues podrías desquiciarte. Si te mata la curiosidad, puedes bajarte del auto y decirle que vas a leer las revistas. Entonces te pones las gafas a lo 007 y la sigues con la mirada mientras ella huele el último perfume o conversa con otra mujer sobre los beneficios de la piña.

Un consejo, no te preocupes mucho por la cuenta. Si compra más de cien dólares quizá es porque nunca la habías llevado a la farmacia y ella se estaba reprimiendo para no comprar lo que necesita. Pero verás que por lo general se gastará unos 30 dólares y seguro que habrá escogido para ti una crema de afeitar extrahumectante. ¿Te parece muy caro por transformar a una bruja en una princesa?

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