La guitarra al viento


El primer viaje lo hice el día que nací.
Jose O. Alvarez
www.literart.com

A José no le gustaban las despedidas pero, como si presagiara su final, llevaba ya varios meses despidiéndose de todo y del tiempo. Dicen que había regalado su mayor tesoro: su imponente biblioteca de tres mil volúmenes había quedado reducida tan sólo a tres tomos, todos de ellos de Borges por supuesto. En su closet ya no acumulaba ropa y vestía siempre las mismas tres camisas verdes y dos pantalones de color pardo. Hasta se había desprendido de su ciudad y de su familia, de su lengua, de su país y de sus amores. Pero no había logrado deshacerse de su guitarra.

Era a ella a quien se aferraba de noche o de día para animar fiestas a amenizar sermones. Con ella componía canciones que solamente se cantaba a si mismo y algunas otras que compartía con sus amigos. Por eso cuando la fuerza del tornado rompió de golpe una de las ventanas y vio como su guitarra caía afuera, no dudo un segundo en asomar la cara.

Lo que vio lo dejó perplejo. Hacia ese lugar se aproximaba despiadado y gris el embudo de aire que giraba lento en apariencia, pero en lugar de quedarse embelesado mirándolo vio aún más asombrado cómo la guitarra flotaba ante sus ojos.

No volvió la vista atrás, pues ya todo se le hacía más que conocido y sus afectos habitaban en su corazón. Tan sólo subió a la cornisa y desde allí estiró la mano para alcanzar su guitarra. Cuando la tuvo bien acunada empezó a cantar una canción furiosa. El viento se volvió aún más violento y José sintió que una ráfaga transparente y poderosa como una ola lo levantaba en vilo. De ahí en adelante todo transcurrió muy rápido y aún estamos todos buscando en los escombros de nuestra memoria un pedazo de esa guitarra o un jirón de canción con que amenizar nuestras fiestas.

José Olimpo Alvarez, Ph.D., perdió la vida el pasado 22 de mayo, durante el tornado que arrasó la ciudad de Joplin, Missouri, en donde daba clases de español a estudiantes universitarios. Durante seis días estuvo desaparecido hasta que sus cercanos amigos recibimos la triste noticia de que había sido hayado sin su guitarra. Tal vez si la hubiese tenido entre sus brazos hoy él estaría leyendo esto. Te queremos José. Nos vemos pronto.
Beatriz

Comentarios

  1. Anónimo9:24 a. m.

    Triste y excelente a la vez. No se como decirlo de otra manera.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo10:03 a. m.

    Butis, como tu lo expresaste, nos veremos todos pronto... que lindo lo que escribiste...

    ResponderEliminar
  3. Muy lindo Beatriz!.... ojala todas las muertes fueran tan repentinas, sin llega a caer en el dolor .... el dolor de esperar el dia...

    ResponderEliminar
  4. Anónimo11:06 a. m.

    uno piensa que hoy endia nadie pierde la vida por un tornado, que solo pasa en los cuentos, pero no es asi. Tenemos que estar al dia con Dios y con los hombre y sobre todo vivir con alegria esta vida que tenemos hoy....

    Es nuestra realidad.

    Esther C.

    ResponderEliminar
  5. Viviana Martelo11:53 a. m.

    Butis, hermoso. Dejame compartir esto con su familia de Miami. Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. alvaro Mendoza2:47 p. m.

    Emocionante Butis..corto pero muy impactante

    ResponderEliminar
  7. Maria Isabel Sanin7:43 p. m.

    Muy lindo Beatriz!...La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos... Te mando un abrazo inmenso... ♥

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu opinión.

Entradas populares